martes, 22 de diciembre de 2009

Y que son los vicios


Son la falta de poder espiritual. Surgen cuando los malos
hábitos, se apoderan del alma, la esclavizan.
Los vicios son virtudes que a través del tiempo perdieron la
fuerza y dirección.
EL APEGO
Es el extremo opuesto del amor, que busca la seguridad en
personas, objetos, nombre y fama.
LA AVARICIA
Es el intento de encontrar satisfacción en lo material. Una
posición destacada en la sociedad, bienes, acumulación.
LA LUJURIA
Satisfacer los sentidos, placer corporal, exceso.
EL EGO (Egoísmo)
Autoengaño. Crear una falsa imagen de uno mismo en la
cual quedamos atrapados, como en una trampa
considerándonos centro del universo.
LA IRA
Tener la sensación que debemos defender nuestro ser,
cuando los otros vicios se ven amenazados.
LA PEREZA
Tendencia a la inactividad, cuando hay mucho que hacer. La
pereza puede ser física y también espiritual.
Toda esta impureza se apodera del alma. Actuamos de un
modo instintivo. Y nuestros errores nos llenan de culpa. Por
esto no aceptamos la felicidad.
CUANDO LA CULPA NOS DOBLEGA, LA FELICIDAD SE
DESLIZA COMO UN RAYO POR ENTRE LAS TINIEBLA

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El libre albedrío.


Uno de los más grandes misterios que permite al ser humano trascender su naturaleza humana es, justamente, comprender el significado exacto de lo que representa el libre albedrío humano. La Voluntad Divina permite el libre albedrío humano y es aquí en donde se encierra el gran secreto. Es Voluntad Divina que el hombre tenga libre albedrío restringido a su campo de acción; este libre albedrío permite, a las conciencias humanas, entender los procesos de la convivencia armónica en sociedad y de esta manera, permite, igualmente, acelerar el proceso de armonización del ser humano con el ser divino que mora dentro de él. A través del libre albedrío, el hombre aprende y entiende los conceptos de la armonía universal. Tarde o temprano, ejerciendo su propio libre albedrío, llegará a la conclusión de que la forma más alta de calidad de vida se alcanza, únicamente, cuando alínea su voluntad humana a la Voluntad Divina y se hace uno con el universo. De esta manera, la Voluntad Divina vuelve a triunfar y de esta forma, el orden cósmico se mantiene. Y así, en las diferentes escalas, en los diferentes niveles, cada criatura goza de un libre albedrío restringido a su propia esfera de acción


El universo.
El universo no es otra cosa que una increíble y maravillosa combinación de fuerzas que se mueven en todos los sentidos y vitaliza a cada una de las criaturas que conformamos al cosmos. Debemos entender que la tierra, con su humanidad, es una creación más, dentro de esta inmensa construcción divina. Debemos entender, que el cuerpo de la tierra, palpita de acuerdo a las mareas cósmicas, de la misma forma como el cuerpo del hombre palpita con las mareas terrestres.